viernes, 22 de marzo de 2013

Ana y su flor


                                                                                                       


Para Ana,

porque ella soy yo.


A mi niña
le ha brotado una
flor en el pecho.
En el izquierdo.

Tiene por cáliz
un beso de su
amante
(ese que le regala
su piel y sus noches,
su deseo
de rizos morenos
y sus hijos
paridos de abrazos).

A mi niña
se le quiebran
las lágrimas
al verse brotada,
pero no me lo
cuenta,
no me quiere
dañar el
alma
(pero no sabe,
mi niña,
que yo soy
ella y que,
sin palabras,
adivino lo que
se le atraganta).


Y también sé
(y esta es mi sentencia
inapelable)
que aunque
los médicos
reciten que es un
cáncer,
lo que le ha
nacido a mi niña




Yolanda Sáenz de Tejada




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