Tú aún no lo sabes,
¿cómo podrías saberlo?
que el calambre de tu aliento
viste mi nuca y tus manos
aprenden amor en mi cuerpo.
Tú aún no lo sabes;
pero yo, ramera del silencio,
he probado tu sabor a tabaco
y he bajado la cremallera
al pudor de lo prohibido.
Tú aún no lo sabes
y querrás saber el momento
en que mis ojos prendieron
fuego a tu fuego en mi fuego
y en mis muslos naufragó tu pensamiento.
Tú aún no lo sabes,
cómo podrías saberlo,
si en tus calles no hay luciérnagas
y me buscas en los posos del café
sin ver que te salgo al encuentro.
Tú aún no lo sabes;
pero qué haría yo porque lo supieras,
si la vida erupciona en mi centro,
y me pregunto, cuando sientas y no entiendas,
qué harías tú por saberlo.
Mara Romero Torres
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