Creo que me sentaré a acariciar el tiempo.
A ver si así deja de fustigarme con su látigo.
He de dejar de implorar perdón por no aprehender
todo lo que una mente es capaz de cotejar.
Sé que cada día mueren a mi paso
pequeños universos que no he alcanzado a ver.
Duele ser portadora de esa dejadez,
saberme culpable de infinitos homicidios negligentes.
No abasto. No abasto. No abasto.
Me entretendré a acariciarte hoy todas las células nuevas
de tu rostro, a provocar tu risa,
esquivando las durezas de las cicatrices que despreciaremos
para siempre.
Puede ser tan simple...
Recuerdo que de niña dejaba comida junto a los hormigueros.
Carlota Ex-nihilo
martes, 10 de noviembre de 2009
Inventario de células nuevas para una mejor risa
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