lunes, 30 de noviembre de 2009

La vecina




Ahora que la noche me despierta, nadie duerme al lado.
Unas gotas de lluvia ensucian los cristales
(cuánto polvo suma el silencio).
El isócrono golpeo de unos pies en la escalera
nada desconocido me dicen del mundo.
Acaso arrastren una culpa, o un dolor;
tal vez dejaron en el portal un deseo.
Qué más da; son sus pasos la lectura de mi olvido,



M.Martínez Forega


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