Afortunadamente no te conozco
y un beso de tus labios, a veces,
trae ese esplendor en la hierba
que volvió loca a Natalie Wood.
Como no te conozco, a veces,
cuando mi cuerpo y el tuyo saben a río,
abro los ojos y una milésima de segundo
me parece ver a Marlon Brando en París
mirándome con lascivia.
En esa ignorancia tácita, consentida,
irremediable,
respira hondo la palabra libertad
y todos los fantasmas pasean sujetos con correa.
Y ya sé que me diréis que soy cobarde,
que hay que vivir plenamente,
que hay que mojarse porque, si no, "paqué".
Yo lo sé.
¿Lo sabes tú?
Carlota Ex-nihilo
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Un día la memoria te dirá cuánto te quise
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