martes, 24 de noviembre de 2009
LA DUREZA
He encontrado en el suelo una esmeralda falsa
y la he mirado.
Ella vio desde lejos el brillo de unos pasos
y vigila.
Ella sabe que nunca
escuchará violines en el aire
y que jamás despegará del suelo.
Sé que su bienvenida
es sólo una serpiente de sonrisa y siseo
y yo siento vergüenza de mirarla,
vergüenza de latir como campana,
miedo invisible a dar un paso en falso.
Sin embargo,
el anillo que brilla entre mis dedos
me recuerda tus versos,
su rotunda verdad y su silencio,
su recta y simple frase,
la alegría redonda de metal bien templado,
la dureza
de la luz más perfecta sobre el rostro.
Olga Bernad
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