miércoles, 4 de noviembre de 2009

¿MIEDO?




De cuando nací hasta hoy
lo mío fue subir, subir
portando las esquilas de babel
contra el miedo, el tormento,
ascender tantas dudas
y transportar ladrillos inservibles, y cocerlos
al pie de las murallas de un nuevo Jericó.
Estuve en muchos sitios
desnudo a toda acción deliberada;
viendo cómo el desorden
acaso sólo era la parranda de un dolor cultivado.
Luego ya, mayorcito, mis ojos casi abiertos
me veían como ancla de un recuerdo.
El hombre era esa luz que se ignora a sí misma,
y comencé a sentir
una angustia asfixiante que emergía del agua.
Vivir no fue un vivir sin olvidar la muerte
y un ladrido de perros agresivos,
cuando te dice adiós
el vaho malherido de las palpitaciones.
Ahora, olvidado por mi ambiciosa ruina
mis vacíos espacios no me sirven.
Incluso mi sonrisa
la pasean los jóvenes.
Esos jóvenes viejos que mutilan mis versos
y confunden las rutas marcadas por mis lágrimas.
Serenamente digo que hoy no conozco el miedo.
En cambio sí lo siento. Miedo sí, mucho miedo
a dejarme la piel en una caja,
a que sea verdad cuanto he negado.
Miedo a la libertad,
a la oscura mirada de un cielo que me asiste,
a mi conciencia,
al amor que fermenta en mis delirios
y no le quitan ojo los relojes de arena mar adentro.
Miedo sí, mucho miedo
a vivir cada día un rato menos
sin escuchar canciones,
ni revisar la infancia
que me habita de nuevo perdida en mi memoria.



EPITAFIO
Mi curiosidad
se llamaba como la tuya.



Miguel Ángel Marín Uriol



Premio ex aequo del público en IV Premio poesía de miedo


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