Que yo no escribo a la Luna
ni a sirenas varadas
Que le escribo a ella
que tiene todas las llaves del paraíso
y el paraíso es un laberinto hasta su entrepierna
Que le escribo cuando se va de mi lado
y rompo ventanas y me odio
e intento odiarla
pero después vuelvo a amarla
como si
viviera en un trapecio a seis mil metros de su espalda
Que la escribo cuando se hace verbo
y con-jugar con su cuerpo
soy feliz
Que escribo a sus ojos que se incendian volcánicos
y me traen la noche
y se adornan primaveras al llegar la mañana
Que yo no le escribo al mar
ni a ángeles sin alas
Que yo escribo a su boca que también es mía
porque me sabe a fruta prohibida
después del sexo
Que yo escribo a su espalda
que guarda constelaciones
y un duende que me cuenta que solo con versos
no se alumbran las estrellas
y por eso
a caricias y besos
Que yo escribo a sus pechos
y al jardín de amapolas que florece entre ellos
Que yo escribo al Sol
pero al sol que se esconde en su ombligo
y por las mañanas me da los buenos días
y me desayuno a besos sus mejillas
Que yo no escribo poemas
que yo escribo ELLA
que es a la que me a-rimo
Que yo no escribo versos
que escribo LAURA
olvidándome de la métrica
y el número de silabas
que caben entre su boca y la mía
Jorge
Muñiz-Alique Gómez
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