viernes, 16 de noviembre de 2012

Sin rostro ni rastro




Por haberte borrado de mi vida
de un plumazo sutil pero certero,
por haberme ahogado de cariño
y dejar que ganara la agonía,
el dolor, la impotencia, el egoísmo.
Por descubrir que lo que espero no lo quiero,
que no soy yo cuando al amor me rindo,
que no doy tiempo para que haya un antes
porque vivo atorada en los después.
Los después que son las nadas del todo
aquello que podía ser sin haber sido.
Porque los amores, aquellos que imagino
no me dejan dolor, no hay amargura,
no hay tiempo ni lugar para la hartura.
Y, aunque es cierto que vacíos de pasión,
no me hacen volar como en tus brazos,
no alojan en sí mismos frustración.

Porque las historias de amor sin rostro,

amor, tampoco dejan rastro...



Gabriela  Collado

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