Existen días de incalculables
y diminutas sombras
donde sólo habita la carne de
tu abrazo
la boca de tu rostro
y la entrega amable de tus
pequeños dioses
Existe la majestad del
silencio negro
no la dulce plata de los
mares
ni la noche inmediata de los
cuerpos
Existen amor
los días sin horas
la inclinación amarga de la
vida…
la desesperanza del gemido de
la muerte
Y existo yo siempre yo
inclinada en las aguas
vertiginosas del desamor
viviendo como un larguísimo
molusco
que se aferra inútilmente a tu enmohecida boca.
Isabel Blanco Ollero
3 comentarios:
¡Qué sencillos y elegantes los versos de Isabel!
A demás de ser una gran poeta, es una mujer muy comprometida con la cultura, cosa que es de valorar en estos tiempo. Un abrazo desde Extremadura.
Tus poemas destilan una sensibilidad femenina que comparto. Enhorabuena!
Me gustan los poemas de Isabel, a quien acabo de descubrir (más vale tarde...) recientemente, me gusta su lenguaje, la voz de su palabra, su manera de decir. Quizá porque lo mío es y ha sido siempre el silencio, hago este comentario desde este "como el silencio" para darle mi enhorabuena a esta auténtica poeta. Un beso, amiga.
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