jueves, 30 de octubre de 2014
Descansé mis huesos
Descansé mis huesos
reposé mis párpados
Apoyé mi cerebro en la almohada
acosté mis pasos polvorientos
Yacieron inertes los pensamientos
el corazón latió horizontal
y escondí mis dientes
Liberé la lágrima frustrada
y mi cuello se quejó
con un crac de huesos
La serpiente vertebral
se enroscó sobre sí como un feto
Navegué en un mar soñoliento
con el "id" suelto al no estar
despierto el "ego"
El polvo del día cansado
descendió e hizo su nido en mi cabello
Silvia Cuevas-Morales
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1 comentario:
¡Cuánta lágrima frustrada nos oprime dentro!
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