Qué delicia los dedos
cuando, más allá de la razón, libres,
adquieren vida propia
Nadie diría viéndolos
que son capaces de tanto.
Y la memoria que tienen.
Pequeños cicerones
a los que seguir
por el salvaje territorio de la dulzura.
adquieren vida propia
y se aventuran por donde más les gusta...
Nadie diría viéndolos
que son capaces de tanto.
Y la memoria que tienen.
Pequeños cicerones
a los que seguir
por el salvaje territorio de la dulzura.
Karmelo Iribarren
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