Estás multiplicada.
Eres dos veces luz.
Las preguntas que retrasaste
se responden ahora con otras
y anticipan las de mañana, pero hoy
las sabes semilla y te creces.
Eres así, fértil,
raíz firme de sangre
que crece y tú creces.
Eres más,
y más de la tierra que nunca,
como suma de amores.
En tu matriz late la hora siguiente.
Dibuja un aro concéntrico más
en la estela de tus edades.
Eres árbol fecundo de ternura.
Maduras en una estación que se expande.
No has nombrado aún
a la mujer que te está brotando
y ya asumes la circularidad,
lo redondo,
como una señal de tu vientre.
Es la vida,
la retórica implacable.
Tu hijo te está naciendo,
de nuevo, nueva.
Andrea Mazas
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