Este verano promete lluvias
pero de esas que no mojan
de esas que traen ausencias
entreveradas entre las nubes.
Miro el cielo con gesto de sed
como esperando beber de él
la noche, el diluvio y el sueño
tendido sobre la hierba fresca.
Hoy tampoco lloverá, ya lo sé
solo me aguarda el desespero
el deshacerme bajo este cielo
insidioso por vernos desiertos.
El tiempo de las flores ya fue;
me queda afilar estas espinas
erguidas sobre la piel doliente
entre el recuerdo y las heridas.
Andrés Camacho
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