De pronto aunque duela
y nadie escuche
los límites de estas horas
le hablo a mis duelos
al río desvelado de la historia
a los ojos
que se cansan de habitar
esta desembocadura
de tiempo en rebeldía.
De pronto aunque duela
el silencio (invisible)
no sangra pero huele a herida.
Cecilia Ortiz
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