Y así sin más,
se rompieron los cristales de todas las ventanas
como cuando uno,
no podía jugar con la primavera,
y llovieron otoños detrás de los ojos
y los veranos subieron de precio.
Y así sin más quedaron algunos lugares vacios
y nombramos la palabra olvido
para recordar donde acabaron, los cristales rotos
y las primaveras.
María Teresa Lander
No hay comentarios:
Publicar un comentario