martes, 8 de septiembre de 2015

LA NOCHE



Y me coge un deseo de vivir
y ver amanecer, acostándote tarde,
que no está en proporción con la edad que ya tengo.
(Jaime Gil de Biedma)



Está loca la noche,

mi cuerpo no es consciente de los años

que dicen mis papeles,

o tal vez es que nunca han existido

los días de dolor y de penumbra

y está por estrenar,

tiene la piel intacta de una virgen

renaciendo de nuevo para amarte.



Broto de entre las ruinas; como las madreselvas

que crecen enredándose a la vida

yo me enredo a tus piernas y respiro

al ritmo que me marcan tu sístole y tu diástole

al oscilar el arco de tu pecho,

desnudo y redentor,

tus dedos recorriendo mi columna

y contando mis vértebras.



No me importa si duermo o me desvelo,

no hay horas, ven despacio,

saborea este instante de ternura

que rescatamos ambos del desastre,

y ha sobrevivido a todas las mentiras.

Contra todo pronóstico, aún estamos vivos.

El mundo no se acaba con la muerte

de aquel amor enfermo, equivocado.


Ana Montojo



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