Donde pongo el ojo...
pongo la carga,
donde la carga, el peso.
Donde el peso, cae el párpado.
Y la vida, en una vuelta rápida,
se pasea y para.
Se detiene hincando los codos,
con toda su fuerza,
donde más calor halla,
otras, donde hace frío, apuñala.
La vida corta...como navaja.
La vida larga...
como el primer tren, que nunca tomo.
A veces se va, otras... escapa.
Cuando abro los ojos... la mirada,
entre la taquilla expendedora,
la puerta de la estación,
o el vacío de la nada.
Mi billete en blanco,
el destino abierto,
decisión, al portador.
Todo... por alguna razón,
en letra pequeña. Consolador...
Nunca se hará tarde
aún sin llegar a tiempo,
si voy, me detengo, o regreso,
dice la esperanza en sueño.
Juliet Offenbach
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