domingo, 4 de junio de 2017

VEN Y COGE




Yo quiero escribir como Gastón Baquero

y dármelas de inocente. Saludar a las montañas

como si fueran compañeros de lucha y una vez que estemos

instalados en el poder traer a los violinistas

para que a alguien se decida a dar por cierto

lo que otros entienden por verdad.



Dejar de lado las rimas interiores, hacer

cuantos sacrificios sean necesarios

para dar por terminadas esas

murallas que nos permitan hablar

de los escombros. Yo quiero

tener un as bajo la manga,

escuchar los gritos destemplados de mi hija

cuando está ensayando con el chelo

y los conciertos de Brandemburgo

sean ese nombre escrito sobre la arena

que las olas se niegan a borrar. Quiero

verla sonreír cuando inclinándose

después de la última nota salude al público

que no quiere dejar de saludarla.

Todavía se escuchan algunas

notas que no han abandonado este teatro.


Cómo se dice en este idioma

que los parrones están

preñados de uva, cómo se dice cauceo

con tomate y cebolla picada finitica:

la abuela Ana tenía un restorán

pero no era mi abuela

y mucho no conozco de esa historia.


Cómo se dice en este idioma

palomas de carbono catorce, amigos

como juncos en el agua, cómo se dice

las montañas nos rodean a propósito

para que el aire que respiramos

sea el mismo que dejamos de respirar.




Cristián Gómez



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