Cada tarde llego tarde a tu tarde,
como llega, completamente temprano,
el mediodía a la medianoche.
Y no sé que sembrar en tu pecho
ni que decirle a tus pies
para que te quedes,
y no se vaya tu pensamiento
a dar vueltas por el mundo,
que araña con su tristeza de escoba
y su factura de alambrada.
Cada mañana llego tarde a tu noche,
encuentro clausurados tus ojos,
comenzados tus sueños...
y yo me hice ya viejo
para coger trenes en marcha.
Cada noche llego mañana a tu tarde,
porque es oscuro el futuro con retraso,
la incertidumbre de la hora última,
y no llegar a despertarse en el tiempo.
Cada mirada llego tarde a tus ojos,
es irremediable, y paradójicamente
me sobran y faltan palabras.
Tomeu Ripoll Moyá
No hay comentarios:
Publicar un comentario