martes, 16 de abril de 2013
(algún día)
tengo una casa
tengo
una
casa
donde caben
tres clavicordios,
un piano de cola,
y la sinfónica de Berlín
d i v i s i b l e
en el cincuenta por ciento
del pasado continuo,
en los metros cuadrados
del futuro de mis hijos,
y los hijos de mis hijos
de mis hijos
tengo una casa
con derecho a veinte años
de grilletes, cajas de ibuprofeno,
y de noches sin dormir
tengo una casa tan grande
que cabe el maldito silencio,
todos los muertos de Gaza,
la consulta de mi médico,
y un mitin electoral
también tengo unos papeles,
que dicen que tengo una casa,
y un teléfono en silencio,
silencio
¿y para qué?
pues para nada
Eva R. Picazo
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