martes, 2 de abril de 2013

Tu ausencia





No me perdonan estas paredes
impregnadas de tu ausencia,
ni el suelo que pisaron nuestros pasos
sin cruzarse en sus tablas de madera.

Habita bajo las tejas
un fantasma de tristeza
-clandestino polizón-
ilícito heredero de tus risas
embaladas en cajas de cartón.

No me perdona el aire que respiro.
Todavía puedo oler
el aroma de tu sueño
velando la madrugada a tientas.

El reloj marca una hora equivocada
en su esfera circular.
Sus agujas olvidaron detenerse
en el tiempo necesario para hablarte.

Tendré que inventarme otro lenguaje
que pueda prometer cielos azules
y dibujar estrellas que iluminen
el mar oscuro de tus noches.



Carmen Jiménez Díaz

4 comentarios:

Laura Caro Pardo dijo...

Hay veces en que todos los lenguajes se quedan obsoletos... Es entonces cuando debemos inventar otros...

Un beso, Carmen.

carmen jiménez dijo...

Es absolutamente necesario y casi siempre lo inventa el corazón.
Te mando un abrazo tan grande como tú mi querida amiga.

astaghfirullah dijo...

tu poesía es el lenguaje que pretendías invertarte, sabe a esperanza y a flores recién cortadas.

carmen jiménez dijo...

Así es José Ángel. La poesía es justamente el lenguaje que traduce las palabras del corazón y se atascan en la garganta hasta que respiran poesía y te devuelven a la vida.
Un abrazo y gracias por dejar tu mirada.