EPITAFIOS convertidos en pedrería
grito o
latido
emergen sobre un oleaje
— reflejando—
la castidad heroica de los diamantes
Escondiendo el ente
en los alvéolos de una inocencia
caballeresca
Mostrando sólo
el
fulgor sumergido
de la exacta ansiedad
Semejante al pestañeo incesante
de un cementerio
que intenta proclamar
las arboledas tributarias
Entre plegarias envueltas en ESPUMAS
por una nostalgia sudorosa
imposible de detener
y cerraduras con llaves perdidas
que no dejan de girar
Es un tumulto multicolor
con inviolables arados
ajenos al llanto de
las catedrales
Dormitando
sobre un sosiego
—MONACAL—
que atrapa al inconsciente
en una atmósfera colonizada
por la señal de la cruz
Luis Ángel Marín Ibañez
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