En las noches de aniversario celebro los caminos y las amapolas que
brotaron en mis prados húmedos. Fueron noches de manoshiedra sobre oteros deshabitados. Días de vírgenes jugando al
escondite entre los claustros.
Ay, amor, esta noche grita como una sierra abriendo la carne para
mostrar la marea tóxica de las entrañas.
Ahora solo busco trenes antiguos que descarrilen en mi memoria.
Amelia Díaz Benlliure
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