Hoy me he soñado sin ti.
El aire quemaba
como cuchillos afilados
jugando a tatuar un cuerpo
insomne y descarnado.
El silencio era felino.
Cazador sigiloso,
presto a dar el zarpazo
que arrancase de cuajo el latido
que acompasaba mi espera.
La sábana se transformó en losa,
asfixiante lápida sin epitafio
de un sentimiento enterrado en vida;
indefensa, dejó escapar un leve tañer
de campana lanzada a duelo.
Y la noche, más que amante
fue puta vendida por tu lecho.
Por un puñado de estrellas
trocó la redención de un alma
en pecado mortal y venéreo.
Hoy me he soñado sin ti,
y doliente ansié la sal de tus labios.
Mas un sonido redentor me arroja a la vida.
Me diluyo
y me creo en ti,
mujer y carne,
inmensa y tuya.
Magda Robles
5 comentarios:
Bravisima ,me encanta entrar en tu blog y encontar poemas como estos,tienes una excelente prosa que toca los sentimientos màs profundo del lector.Un abrazo. cessione del quinto
Bello, muy bello, Magda.
Sueña,
que tus sueños son poesía.
Abrazos.
Inmensa eres, sí.
Un beso.
Sois grandes amigos, gracias! Y gracias a tí también Fernando, por tan linda iniciativa, e incluirme en ella...
Ese latido de angustia existencial, creo que Unamuniana mas que Sartriana es lo que me deja hipnotizado ante tus versos. Me sorprende esa profundidad sin saber aleman, que ayuda, y a tan corta edad. Te admiro.
Publicar un comentario