Sofisticados gestos esperan.
Traes la noche en las manos.
Para abrirla.
Pero no mires atrás.
No somos nada mas.
Que dos cuerpos que se
encuentran.
Definitivos.
Necesariamente iguales.
En este desconocimiento.
De la carne sin memoria.
Y tan distintos.
Y tan adultos.
Tan sin origen.
Como el grito tenaz de los
sentidos.
Brenda López Soler
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