Ya nada ensombrecerá mis párpados
ni volverá a inclinarse jamás
sobre los lados húmedos del abismo.
Ya no habrá más lágrimas
ni huracanes blancos
ni vaho en los cristales.
A partir de ahora
el tiempo seguirá cayendo inclinado
sobre mis hojas de papel...
...y en ellas continuaré escribiendo
silencios y música para el olvido.
Carmen Membrilla Olea
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