E iré descalza hasta tu encuentro.
Libre de ataduras, de supuestos.
Sin rasgar ninguna vestidura
y abrazando sólo el deseo.
Llevaré conmigo este sueño
que cabalgó mis noches del ayer…
y hoy reposa conmigo
en las tardes de un otoño
que no quiere verme envejecer.
Iré descalza y sin prisa.
Segura de tener como premisa
solamente… ser feliz.
Marcela Peralta
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