Arráncame el catéter del corazón cansado,
me han robado las pecas dando vueltas a Neptuno
y ya no hay polvo estelar en mis zapatos,
mientras busco el interruptor en lo oscuro.
Han descuajado de raíz cada flor y los olivos
con estos decretos de tijera, y detonado los puentes,
las almas crueles de los pérfidos corsarios
con años de ruina, con elecciones inconsecuentes.
Líbrame de los cuervos de jueves santo
del estigma, del nodo, del destrozo y la bufonía,
dame armas para luchar contra el desencanto.
Devuélveme –si es que puedes– la energía,
el verde a mis pantalones cortos, el canto,
las ganas de creer aún en el hombre y la utopía.
Carmen Ruth Boillos
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