Tengo un paracaídas
con forma de corazones,
ruido de risas
y calor de reuniones.
Tengo un bote salvavidas
alrededor de una mesa
con unas cuantas botellas vacías;
e ilusiones que en las sillas
van descarrilando
de distintas formas por las vías
que pretenden que dejemos
de celebrar nuetros errores
o manías.
Brindaremos por los cuentos
que nos van a dejar
sujetando el aliento,
porque sólo queremos
ser expertos
en el noble arte
de soñar
y estar despiertos.
Tengo un paracaídas
sin pretenderlo,
sin pedirlo,
sin soñarlo.
Tengo un paracaídas
para todos esos días
en los salto
sin pensarlo.
Carlos Quintas
No hay comentarios:
Publicar un comentario