Hazme un otoño en tu alcoba
me susurraban las caracolas
que había robado en tu pecera.
Ata el amor hacia fuera
que así nunca estarás sola
con los sueños que te roban.
Y brindarme,
aunque suene contradictorio,
por violines que haces sonar
en los días aleatorios.
Me cuesta olvidar
que el verano va de antojos,
y a lo mejor solo quieres llover
por volver a oler tierra mojada.
Eres sencilla y de huevos con patatas fritas
eres de chocolate y chaqueta a las siete y media,
de prestarme inspiraciones
de extrañar
de morderte el labio
y de volar sin despegar los pies del suelo;
pero eso tú ya lo sabes.
Hoy te he visto
y te he mirado con esa cara de:
"todo-lo-que-escribo-habla-de-ti"
y tu me has sonreído igual que siempre,
"como-si-no-fuera-contigo".
Lo único que puedo hacer
es que aún sabiendo todo de ti
prefiero suspenderte
y a ver si así vuelves en Septiembre.
Carlos Quintas
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