Todos los familiares en el hospital,
muchos conocidos en el velatorio,
tantos amigos en el cementerio.
Ahora,
Al regresar
a la más insultante normalidad
a las comidas sin sal
a las películas sin fotogramas
a los horarios de un reloj sin esfera
a las noches en vigilia
al trabajo insípido,
ni familiares ni amigos
sólo un vecino despistado.
Somos como apestados
que despiden el olor
de la tristeza.
Seres aquejados
de una enfermedad incurable
para la que no hay tratamiento
sólo cuidados paliativos
poemas desolados
lágrimas sin pañuelo
distracciones etéreas.
Estamos solos.
Definitivamente desarmados.
Al pensar en ella
un estremecimiento desbocado
enciende nuestro desvelo.
Hace mucho frío en el cementerio
y salió sin ropa de abrigo
Francisco Javier Solé Ribas
1 comentario:
Es un poema del libro Bombyx mori. Existen dos ediciones en vídeo del poema, recitadas por Begoña Abad (https://www.youtube.com/watch?v=IU_b2unAN7E) y por Gabrie A. Jacovkis (https://www.youtube.com/watch?v=7wxBJP8SbwA)
Publicar un comentario