jueves, 3 de marzo de 2016

Que alguien le llevé una bufanda





Todos los familiares en el hospital,

muchos conocidos en el velatorio,

tantos amigos en el cementerio.


Ahora,

Al regresar

a la más insultante normalidad

a las comidas sin sal

a las películas sin fotogramas

a los horarios de un reloj sin esfera

a las noches en vigilia

al trabajo insípido,

ni familiares ni amigos

sólo un vecino despistado.


Somos como apestados

que despiden el olor

de la tristeza.

Seres aquejados

de una enfermedad incurable

para la que no hay tratamiento

sólo cuidados paliativos

poemas desolados

lágrimas sin pañuelo

distracciones etéreas.


Estamos solos.

Definitivamente desarmados.


Al pensar en ella

un estremecimiento desbocado

enciende nuestro desvelo.


Hace mucho frío en el cementerio

y salió sin ropa de abrigo


Francisco Javier Solé Ribas



1 comentario:

fco. javier dijo...

Es un poema del libro Bombyx mori. Existen dos ediciones en vídeo del poema, recitadas por Begoña Abad (https://www.youtube.com/watch?v=IU_b2unAN7E) y por Gabrie A. Jacovkis (https://www.youtube.com/watch?v=7wxBJP8SbwA)