Se escapó de las sábanas
-sin yo quererlo-
un bostezo anguloso.
Tiene esta mañana la cadencia
de graznidos huyendo de hemisferio,
como si se hubiesen arruinado las concordias,
los convenios fracturados por mitades.
El compás se escabulle entre líneas
discontinuas que separan los carriles...
Carecen de ritmo los pasos
dormidos de los niños al colegio.
Y el café se hace largo.
Y se atoran los segundos a empujones
bajo saetas que perdieron su criterio.
Hay declaraciones de amor impresas
en aceras de escorchados adoquines.
Y todos tropiezan.
Más pasan de largo.
Elisa Berna
miércoles, 2 de febrero de 2011
ARRÍTMIA
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1 comentario:
Estupendo. Largo y tortuoso el camino callejero que describes. Abrazos.
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