Al profesor de metafísica
le ponen las niñas
de primero.
De todas, hay una con
un lunar
sobre el labio.
Se masturba a menudo
pensando en el lunar
sobre su sexo.
Ella comienza a frecuentar
el despacho de él.
Y se comienzan a follar
como animales.
Él le ruega
fantasías asquerosas.
Al final del curso,
ella conoce su pene
mejor que a Hegel.
Y él comienza a pensar
ese lunar de ella
sobre los sexos de otros
profesores.
Comienza a odiarla.
Le exige,
ahora,
un buen trabajo
sobre Hegel.
Eva Vaz
1 comentario:
Genial..... delirante... curioso... así es a veces de retorcida la verdad.... oscura
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