miércoles, 23 de febrero de 2011

Pan





Sube el pan. Ese pan de los pobres,
donde la vida se hace
bocado de los días, el exacto alimento
de los niños, de dios y de los hombres.

Sube el pan. Y dicen los diarios
que apenas unos céntimos.
No saben, sin embargo, que la vida
se mide en las cosas muy pequeñas:
un céntimo de pan, esos milímetros
que me separan de tus labios
o los segundos que dura
la caricia de un niño entre los brazos.

El pan es carne y sangre y es el mundo
molido y horneado,
lo que une las manos y las almas
lo que iguala
a reyes y mendigos. Es la boca
besada y deseada. La palabra
primera que aprendemos contra el hambre.

Hoy sube el pan, amor, y siento, mira,
que vivir y soñar es más difícil.
Tal vez por eso, ahora, mientras tomo
este pan con aceite,
siento un sabor divino que me llena la boca
y pienso en ti, vida mía,
alimento sagrado de todas mis mañanas.




Rodolfo Serrano


1 comentario:

Andante dijo...

Ese trozo de pan partido y compartido, nunca mejor homenajeado, aunque la causa de que se mencione sea su subida.

Sube el petróleo, y todo lo que ello conlleva, y las patatas, también quieren subir.

Y mientras todo sube, y se pone por las nubes, cada día más humanos hambrientos, piensan en esos panes, inalcanzables, como cometas en el cielo.

Bella poesía antes de ir a dormir.

¡Gracias!.