sábado, 6 de abril de 2013

Nada es urgente








"No siempre lo urgente es lo importante"

(Fito & Fitipaldis)



Ya nada es urgente. Me entretengo deshojando pétalos azarosos de margaritas siempre impares. Ya nada es urgente. Aprendí acurrucada en los brazos de la espera a esperar nada, a fumar más cigarrillos de la cuenta, a dormir menos horas, a tragarme los sueños en una copa. Ya no tengo urgencias que no puedan esperar agazapadas bajo los pliegues de mi falda. Ya no hay prisa. Sólo un deseo doblegado a la tristeza, unos pies cansados de andar por arenas movedizas, una piel cicatrizada que ya no duele. No hay prisa, la vida como la muerte, tiene su propia medida de lo urgente.



Carmen Jiménez Díaz

6 comentarios:

Unknown dijo...

La única urgencia es la última llamada.

carmen jiménez dijo...

Miguel Ángel, opino que cuando llega ese momento, todas las urgencias se acaban, de tener alguna,mejor atenderla antes de la última llamada.
Siempre es un placer encontrar un nuevo lector.
Un saludos y gracias por tu mirada.

astaghfirullah dijo...

me da la impresión que la primavera no te ha acariciado como mereces, ni la vida te ha brindado tantos cerezos en flor como te convienen. Aún así quedan grandes emociones que vivir.

Antonio dijo...

Excelente. amiga mía. Lo urgente esté condenado al fracaso... la paz y el sosiego son los padres de la esperanza.
Un abrazo

JUAN PAN GARCÍA dijo...

El poema está maravillosamente escrito pero es triste,se siente la cruel soledad en cada palabra.

En otro orden de cosas ya nada es urgente: te prometen salir de la crisis, pero sin prisas, más allá de 2015; te dan cita para el especialista pero sin prisas, espera seis u ocho meses.Las únicas urgencias que no admiten retraso es cuando ante tanta podredumbre y corrupción sientes náuseas y tienes que ir al baño.Un abrazo

carmen jiménez dijo...

José Ángel: Hay inviernos que parece nunca acaban e intentan combatir el frío con la poesía, pero lo cierto es que siempre habrá primaveras.
Un abrazo y siempre gracias por tu lectura.

Antonio: Ya te lo he dicho, pero lo vuelvo a decir: ¡Qué bonito camino el que describes para recuperar la esperanza! Muchas gracias por tu mirada.

Juan: ¡Qué difícil atravesar el tiempo tan lentamente ante urgencias que son realmente urgentes de erradicar!
Un abrazo.
Nos vemos pronto.