Do---Re---Mi---Fa---Sol---La---Si---Do
Los dos mirábamos el gato muerto, pero
tú escondías tres notas musicales apretadas en la mano,
en clave de luna.
Do---Re---Mi---Fa---Sol---La---Si---Do
Las raíces de mi piel estaban secas
pero tu mujer de madera reverdecía pentagramas húmedos,
una red de cuerdas como labios paralelos
te sacaban de mi cuarto,
(Do---Re---Mi---Fa---Sol---La---Si---Do)
de la herida del tiempo por donde sangramos juntos
menta sobre el mar.
En el centro de tu lengua una bola de acero.
Hube de hacerme desván y cambiar mis tejas por escamas.
Do---Re---Mi---Fa---Sol---La---Si---Do
Morir un poco soñando nenúfares y algas
de crecimiento incrustante.
Morir un poco.
En cada inmersión atravieso el pericardio del mar,
buza de su corazón, gastado,
sin neopreno.
Do---Re---Mi---Fa---Sol---La---Si---Do
Sin el hombre verde con música dentro,
morir otro poco,
vertiéndome hasta la arena
del fondo de las aguas
del Mar Mediterráneo.
Idoia Arbillaga Guerrero
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