En los días de lluvia apostado como un francotirador,
suelo mirar a través de los cristales la vida en las gotas de agua.
Mientras, bandadas de pájaros ajenos a mi sentir,
dibujan en el cielo la elipse de tu rostro.
Hoy no hay más partitura que la que dicta el viento en el mover de los árboles.
Sucede que volví a recordarte saltando charcos con botas Katiuska.
Nicolás Corraliza
No hay comentarios:
Publicar un comentario