La disidencia no es una virtud,
es solo un peaje que se costea de por vida.
Un incómodo grano en el culo de las doctrinas,
que hay que cortar de raíz como sea.
Un salto al vacío sin retórica.
Un rayo de luz en la oscuridad de los desórdenes
que se alimenta del coraje que produce la razón.
La disidencia es una postura frente a la impostura y el camino se anda solo,
sin más compañía que el placer prudente que produce el desarraigo.
Nicolás Corraliza
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