viernes, 5 de febrero de 2016
QUÉDATE...
Quédate…
Quédate en mi boca
Mientras el planeta gira
y se desatan lluvias tropicales
en una latitud opuesta a ésta
y la tierra se estremece sísmica.
Quédate en mi boca
donde la oratoria,
signos danzantes,
volcánicos resultantes,
magma de mis emociones,
se silencia
con un absoluto asentimiento,
como la muerte a la vida,
a tu desiderativa sentencia.
Quédate…
Quédate en mi boca
por un rato eterno,
como un nacimiento,
y buscaré el oxígeno
después,
como por primera vez:
una inspiración desde las entrañas
agarrando con llanto y con rabia
la vida
como un bebé.
María Ramos
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