Con el corazón en llanta,
solo escucho un vacío de intestinos.
Vago por las calles portando un ajuar de calamidades y fracasos.
Estoy fuera, he quedado fuera del círculo y vivo en la encrucijada del espanto,
donde nadie se para por miedo al contagio.
Sueño con un revólver que me mira fijamente:
es el frío del invierno que pronto detonará.
Nicolás Corraliza
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