miércoles, 8 de marzo de 2017

Gemela




Pensé que hondo caía hasta el mismísimo infierno
y al caer me recogía el alma que al yo nacer
me dieron por florecer en este mundo baldío.
Y al tomarme de la mano no la sentí como mía,
que en sus adentros gemía al verme siempre caer.
Sin palabras, en suspiros que escapaban de su esencia
pude sentir su presencia, aunque no la ví brillar;
y al alzarme desprendida hasta la arena candente
quedé de su faz pendiente al mirar su ser sin ser.
Gemela fuera de ayer, intemporal y cautiva
de mi nuevo amanecer.



Mª del Carmen Elvira Azparren




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