Los ángeles lloran
del dolor que emanan tus labios
de la tristeza que ilumina tu llanto
de la oscuridad que abrazo tu cuerpo
de los besos que regalaste
de las caricias que perdiste
del vacío que quedó
de las heridas que no curaron.
Sí, los ángeles lloran
por la soledad que amarga tu sonrisa
por tu tiempo perdido
por tus sueños rotos
por tu poema no escrito
por tu vida no vivida
¡Oh, los ángeles lloran!
Sólo los ángeles lloran
y caen de pena
desde el cielo
para morir en tu llanto.
Tú, lloras, ángel
por ti, lloraré.
Lloraré por tus alas rotas
y tus pies de barro,
por tu pálida piel
y tus labios que no puedo besar.
Por ti, caerán mis lágrimas
para morir contigo en mi llanto
y recuperar tus alas
para llevarte de nuevo al cielo.
Ainhoa González
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