No trates de hacerte la poeta
la vida se escribe sola
mientras vuelan los años
en abanicos de bambú
o brillos metalizados en arrozales.
La vida gruñe.
Y qué le vas a hacer.
Inevitablemente repasas
la biografía rota de los que amaste
archipiélagos
que acentúan
un exceso de noviembre en la nostalgia
cuelgas crespones sobre poemas
que ya no te sirven
porque un payaso tonto
se empeña en hacerte reír
despierta gorriones
en el origen de todos los pecados
y te aferras al calor del instante
como si ese fuera el ombligo
el último día del fin del mundo
en que respiras.
Isabel Hualde
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