Quién deseaba saber
si esa escultura perfecta
sobre la que descansaba el sol
era ella disfrazada de diosa de verano
o actriz secundaria
a punto de arrodillarse
para conseguir el papel principal
en la historia de su vida.
Silencio… se rueda.
Que nadie presione sus puntos débiles
que nadie dispare o descargue el flash
sobre las cicatrices
que nadie abra o cierre sus piernas
a la melancolía
mantendremos su carne fresca
hasta el próximo otoño.
Quién desea saber
si es propensa al suicidio o asesinato
si tiene sed o sueño
algún resquicio de orgullo
bajo su flamante jersey azul de cachemir.
Eso es dejémosla respirar
hasta que esa luna de nácar blanco…
oh el pecho ha estallado demasiado pronto
ensuciando la escena
mirad como se desangra y fluye.
Atención cámara.
Silencio… se rueda.
Isabel Hualde
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