Como un desafío
ante las leyes del viejo cascarón
Malala escribe su nombre
y la brújula temblequea en sus agujas
como un murciélago.
En el estanque de los equívocos
otras ovejas cumplen la norma
y descansan en su blanca luz.
El sacrificio se perpetúa.
Sobre el fondo oscuro de una pizarra
escribo mi nombre
M A L A L A
No me someteré a la dictadura de la efigie.
Crujir
o besar el tránsito del aire
bailar en destinos que desconozco.
Malala escribe su nombre.
¿Hacia dónde el impulso
en el manglar de las orugas?
Isabel Hualde
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