En la honda grieta
que socava el miedo
suelto pájaros brillantes
destellos fugaces en vuelo
atravesando la niebla
el espesor de la duda
el devenir de lo ajeno
la clarividencia en la penumbra
de ventanas opacas y puertas cerradas
En la abrupta grieta
que socava el miedo
pájaros brillantes
como antorchas en la noche
como fuegos de artificio de emergencia
lanzados al cielo de una isla desierta
Las manos se llenan de arena
que resbala como el tiempo
los párpados abiertos
como estoicas palmeras
firmes contra el viento
Y la isla es a mí
al mismo tiempo
inmanente y ajena
Sandra Lario
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