martes, 30 de septiembre de 2014

COMO EN LA VIDA




Todo puede suceder

en un poema:

lo cotidiano, sí,

pero también lo deslumbrante,

e incluso

ambas cosas

a la vez

-como en este, ahora

que empiezas a desnudarte…




Karmelo Iribarren

lunes, 29 de septiembre de 2014

LOS DÍAS NORMALES



                                      

                                             Para Vicente Llorente




Llegan

y se van sin hacer ruido

–como buenos

clientes–,

luego el tiempo

los confunde en la memoria,

y ya ni sabes

si aquel lunes era jueves

o al revés.


Que no te engañen,

no son tan poca cosa

como parecen:

suelen poder

con el amor.



Karmelo Iribarren

domingo, 28 de septiembre de 2014

Semana dedicada a karmelo Iribarren

















Buscando tu oasis




Por toda luz, por toda guía,

las limpias estrellas de amor

que hay en la noche de tus ojos.

Duna a duna, beso a beso,

en busca del oasis del gemido,

con la caravana de mis dedos

atravesaré el desierto ardiente

de tu cuerpo de mar y de arena

abierto a los vientos del sur.

Y allí, entre palmeras de besos,

me quedaré a morir gozando

esa mágica noche y mil más...



Miguel Fernández de Córdoba


sábado, 27 de septiembre de 2014

Amor despacio





La noche

te vestirá de negro

con su fulgor sagrado;

el sol

querrá dorarte a fuego,

de tu alma enamorado;

la brisa

te cubrirá de besos,

mimosa en su cuidado;

La niebla

te contará el secreto

que guardo ilusionado;

y yo,

rayo de niebla hirviendo,

como la brisa, alado,

sea noche o sol ardiendo,

te haré el amor despacio...



Miguel Fernández de Córdoba


viernes, 26 de septiembre de 2014

Ámame sin billete de vuelta




Ámame

sin billete de vuelta,

sin silla de montar

sin trampa ni cartón,

sin parabrisas en la lluvia,

sin mascarilla de oxígeno,

sin confianza en el futuro,

sin nudo en el estómago,

sin carnet de vivir,

sin vergüenza ninguna,

sin remedio conocido,

sin pelos en la lengua,

sin pérdida de tiempo,

sin remisión,

sin medida.



Miguel Fernández de Córdoba






jueves, 25 de septiembre de 2014

Entrelazados




Al borde del acantilado

la vista de nuestro amor

de mar y de fuego

es espléndida.

Este será nuestro altar.

Aquí grabaremos,

entrelazados,

nuestros nombres

en la piedra.

Y una ola de caricias

nos golpeará

y elevará hacia el cielo

su torrente de espuma

de mar batida y abatida.



Miguel Fernández de Córdoba


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Comedor de amaneceres




Adiós, viejo imposible deseo:

ya no quiero ser poeta.

Ahora dedicaré

los sudores de mi alma

al noble oficio

de comedor de amaneceres.

Seré mi propio espectador;

me convertiré en sacerdote

de los Adoradores del Ego.

Escalaré madrugadas para,

desde la cima,

poder ver lo que nadie

nunca antes ha visto:

como se deshojan, marchitas

las flores, del mal

y del bien.

Y cuando cansado

me llegue el olvido

entonces sí

cantaré la misteriosa canción

de la nada.



Miguel Fernández de Córdoba


martes, 23 de septiembre de 2014

A pecho descubierto




Universo de mi placer,

mujer real, tantas veces soñada:

En ingrávido vuelo desciendo

hacia el centro de tu alma.

Por todo horizonte, tu carmín,

por todo norte, otro carmín encendido,

estrella polar que palpita, anhelante,

esperando que llegue su aurora.

¡Aguarda, aguarda!

que el temblor no es de inquietud,

¡es la pasión quien mueve la hoja!

Déjame, que me detenga en tu playa

a recoger caracolas de suspiros.

Llevo un destino: el placer de la marea

que todo lo arrasa.

Aquí no hay trincheras,

a pecho descubierto voy,

luchando cuerpo a cuerpo,

palmo a palmo,

beso por beso, caricia por caricia,

en ardiente batalla tuya y mía

siempre ganada por los dos bandos.



Miguel Fernández de Córdoba


lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Por qué?





El viento mueve las cortinas

y en su trasluz bailan

los contornos huidizos de tu cara.

Una melodía en la calle,

desierta como yo,

habla con tu misma cadencia.

La almohada retiene

un perfume que nunca tuvo:

el olor de tu recuerdo.

Yo en la boca aun conservo

el sabor del beso

que no nos dimos.

Un frío negro y viscoso me acecha,

afila sus largas uñas

agazapado en la soledad…

El reloj, inexorable, nos aleja.

¿Por qué no se detuvo

en aquel preciso momento…?

No estoy loco –le digo a mi ego-

solo imagino cosas.



Miguel Fernández de Córdoba


domingo, 21 de septiembre de 2014

Semana dedicada a Miguel Fernández Córdoba
















LAS NOCHES COMO ESTA DEBERÍAN SER LA VID




La noche no es un sueño

porque los sueños no comienzan nunca.

Soy sólido por lo que he sentido

y quietud por no ser más que un cobarde.

Chema Prieto en “Ciertas Mentiras”





Las noches como ésta deberían ser la vida,

su esencia, al menos, condensada mágicamente

en unas pocas horas de irrepetible sencillez,

por esa forma tan machadiana de sucederse

y verlo todo sin el ruido de la ciudad.



Esta noche debería ser la vida,

porque todos sus elementos,

el mar vestido de noche,

la música nacida de repente,

este pasar acelerado del tiempo

con las cosas que de verdad lo merecen,

se le asemejan mucho.



Esta noche debería ser la vida,

por la ingravidez del tiempo y el espacio

-recuerdas- ante las cosas improbables

(una partitura de sillas de colores

escrita en la fachada de un edificio);

por la ingravidez reflejada también en nosotros

frente a frente en los espejos,

durante horas que pasaban

tan veloces como sueños.



Esta noche debería ser la vida,

por la purificación ante el fuego y su llama

mecida por la música –recuerdas-,

por esa renovación silenciosa

cuando sin palabras se explicaba todo,

cuando con ellas no era posible.

¿Aún sigues teniendo frío de veras?



Esta noche debería ser la vida,

por la levedad del espacio

al entrar juntos en aquel bosque de colores,

como si de repente se nos hubiera caído

el tiempo y la vergüenza de ser mayores

y volviéramos, por un instante, a ser niños de nuevo,

sin nada más que hacer que mirar y sentirse

policromáticamente bien.



Después la inevitable timidez de salir de aquel bosque

y entrar en la vida sin ganas,

sin fuerzas para mirarle a la cara,

sin valor para robarle en sus labios

un beso que sin ser nada más que eso,

me dejara puesta la sonrisa

un rato más durante el sueño.





Esta noche debería ser la vida,

ya lo decía mi horóscopo aquel viernes

-recuerdas- un buen día

para demostrar los sentimientos.

Pero qué lástima

que ya no crea en los horóscopos.



Alberto Caride


sábado, 20 de septiembre de 2014

A LOS OJOS (MADRID)




La gente en Madrid ha comenzado

a mirarse a la cara.

Lo noto porque vengo de una región

en donde no hacerlo

es una falta de respeto comparable

a defender a cualquier banco

en cualquier barrio de familias desahuciadas.



La gente ha comenzado a mirarse

como entendiendo que es un riesgo

asumible en los tiempos que corren,

que hacerlo no implica un descenso

en la confianza de los mercados

o una pérdida momentánea del concepto

madrileño de gran ciudad.



Vengo de una región en la que mirarse

a los ojos es como bañarse desnudo

en una playa acosada por planes urbanísticos,

como besar sin compromiso unos labios

que seguirán su camino con nuestra escarcha

impregnada en su dermis.



Vengo del extrarradio a cualquier epicentro,

y todas las miradas que se lanzan al vacío

guardan en su interior una semilla

que habrá de florecer en cualquier playa.



No importa que aquí las riberas estén secas

y que su agua sea sólo un hilo negro

de buitres destripando el progreso.

La gente en Madrid ha comenzado a mirarse

a la cara y yo, lo siento.



Alberto Caride


viernes, 19 de septiembre de 2014

IMAGEN PRIMERA



A Raquel Lanseros



Nunca podré olvidar el día

que te vi por vez primera,

perdida en mitad de ninguna parte

entre Murcia y el infierno.



Sorteabas con elegancia el tiempo

y los faros de los coches,

y llevabas cogido tu bolso

como quien arrastra consigo

una casa llena de sueños.



Esa imagen, poética e inesperada

al mismo tiempo, trajo a mi cabeza,

no sé por qué motivo,

unos versos de Sabina en donde alguien,

también con un bolso,

sorteaba otros trenes y otra vida.



Yo sólo tenía tu foto y el recuerdo

de unos versos,

los amantes son túneles de luz

a través de la niebla,

y tú, después de un viaje interrumpido,

un teléfono sin batería.

No sé si te había imaginado exactamente

así, antes de que abandonaras

tu apariencia de verso elaborado

y te convirtieras en carne y hueso,

en una luz venida desde lo alto

y que, en mitad de la noche,

no encuentra obstáculos que la

mitiguen.

No importa si cientos de imágenes

han tratado de superponerse después

a esa primera, porque siempre apareces

en el túnel del tiempo

con la claridad que un alma desesperada,

en una noche cualquiera,

encuentra en el mismo momento

en el que cierra los ojos

y arroja su cuerpo a las vías.


Alberto Caride

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jueves, 18 de septiembre de 2014

MIS AMANTES




Sólo me interesan las mujeres con pasado

Jaime Siles (durante su recital en el Café Zalacaín)



I

He buscado las cicatrices del amor

en todas mis amantes.

Su paso despiadado por corazones

que lo sobrevivieron a golpe de aguja.

Porque nunca me interesaron las pieles

tersas de las ninfas; sólo las que me dejaron

caminos secretos con lunares

o migas de pan para la vuelta

me hicieron volver sobre mis pasos.



II

He buscado el sabor del amor

en todas mis amantes.

Su gusto dulce cuando parecía eterno,

su regusto amargo al pudrirse en la boca.

Como un sumiller lo fui definiendo

en bocas que esperaban como botellas abiertas:

a veces en vaso de plástico,



otras en cristal de Bohemia,

III

He buscado la mirada del amor

en todas mis amantes, un brillo de estrella

en ojos mojados por la melancolía

que sin palabras se clavaban

y sin palabras nos miraron en el tiempo.

A veces sólo en el contorno,

otras veces resbalados y caídos

en el recuerdo.



IV

He buscado la razón del amor

en todas mis amantes.

Su apresar inesperado de ese algo

que era nada y lo fue todo durante un tiempo.

A veces por medio de la locura (que no es

más que una lucidez momentánea),

a veces con la lección aprendida (que no es

más que una locura resabiada).

Pero al final sólo naranjas caídas

que no podían ser mitad.



Alberto Caride


miércoles, 17 de septiembre de 2014

CUMPLE-AÑOS



Vino la tormenta de verano
y desnudos nos caló el alma
hasta los huesos.

Después llegaron las nieves del tiempo
y a oscuras aprendimos a mirarnos
bajo una manta.

Cuando llegue la lluvia amarilla
muy juntos aprenderemos a mirar
el mundo desde la ventana.


Alberto Caride


martes, 16 de septiembre de 2014

TODAS LAS MUJERES DE MI VIDA SE MUEREN POR SER TÚ EN ESTE MOMENTO




Todas las mujeres de mi vida
se mueren por ser tú en este momento.
Un día fui yo el que me moría por ellas,
porque todas fueron tú durante un instante.


Todos los corazones que me he ido
comiendo han hecho del mío
un órgano a la medida de tu mano.
Por eso me gustas tanto cuando
sin piedad me lo arrancas
y amagas con comértelo
sicalíptica y pudorosa al mismo tiempo.

Yo me siento seguro cuando lo tienes
en tu mano como un trofeo conquistado,
mientras mis venas se enroscan en tu brazo
hasta encontrar esa arteria fatal
en la que clavarse y llevarte al orgasmo
sin la necesidad de utilizar ningún músculo
de mi cuerpo.

Sin el vértigo de la pérdida
el valor sólo sería una palabra más
para algún poema y tú serías como las otras
que desean ser tú en este momento.


Por eso, a veces me gusta ser egoísta
y ver ese abismo de niebla en tus ojos,
ver como dices con una mirada
lo que una mujer no debe decir nunca
para quedarse sin ese as en la manga
y yo me lo crea demasiado.

Todas las mujeres de mi vida
se mueren por ser tú en este ahora,
por eso, lo confieso,
disfruto como Jack el Destripador
matándolas con una mirada
justo cuando esbozan sus sonrisas
y están a punto de mostrarme
lo orgullosas que están de mi.

Me gusta que se mueran desangradas
en cualquier acera,
mientras les lanzo un beso
y continuo mi camino
con esa canción de Los Secretos
tuviste una oportunidad
revoloteando en mi mente
y la dejaste escapar.


Alberto Caride


lunes, 15 de septiembre de 2014

DEJARSE LLEVAR




Dijiste algo sobre sexo tántrico

y vino a mi cabeza un David Beckham

corriéndose hacia dentro.



Nuestro comportamiento frente al televisor

mientras ponían un documental sobre

Amanecer Dorado

me recordó mucho a las protestas

de las Pussy Riot frente a múltiples

embajadas sin derechos humanos.



Hacía tiempo que no hacíamos el amor

como acto protesta,

como reivindicación de lo bello

frente a la vorágine del tiempo,

que todo lo contamina,

que todo lo corrompe.



Los diputados neonazis desfilaban por la pantalla

mientras nosotros buscábamos

completarnos de todas las formas posibles,

como si fuésemos piezas de lego

esperando encajar en las manos de un niño.



Formábamos castillos, montañas y puentes

por intuición, cambiando de estado

(tierra, agua, fuego y finalmente aire)



hasta que el parlamento griego estallaba

en múltiples protestas contra la corrupción

del mundo.



No pudimos arreglar la situación

con nuestro amor inocente,

con nuestro amor convertido en átomo

de hidrógeno,

pero debimos hacerlo bien,

porque las banderas comenzaron a ondear

en la plaza Sintagma mientras la gente

coreaban nuestros nombres en otro idioma.



Aún aturdido por los múltiples lenguajes

volví a recordar eso que dijiste sobre el sexo

tántrico y me alegré de no ser como Beckham.



Alberto Caride


domingo, 14 de septiembre de 2014

Semana dedicada a Alberto Caride



Ropa vacía




Ropa vacía como un cuerpo desnudo. Ventanas. Pudor. Lo que soy. Lo mismo tú.

Tenderte. Tocar la inversión de tu cuerpo, las huellas, las medidas, construir del vacío otro cuerpo desnudo.

Lo excepcional, amar la vida cotidiana.

Se repiten las noches. La camisa desplomada contra el suelo. No culpas ya a la urgencia. Las noches se repiten tirando lo que sobra, agarrando los cambios de tu cuerpo.

Estampaciones. Sonidos o sabores.

Miro al suelo. Te busco entre el desorden cotidiano. Espera. Te veo dormir y después todo. Me quedo al marcharme. Un momento. Un segundo y regreso.

Me hago invisible. No quiero olvidar. Lo que soy. Lo mismo tú. Ropa vacía como un cuerpo desnudo.



Lola López-Cózar







sábado, 13 de septiembre de 2014

Y tú qué te mereces



... y sin embargo de nuevo los tumbos son gritos en silencio, asideros fugaces que acaban hiriéndote las viejas cicatrices.

Me da miedo tocarte en un descuido y sentir en tu piel el cartón piedra, la soledad irreversible que a empujones intentas espantar, el corcho, la tristeza incurable con que ríes, la vaciedad, la niñez hecha añicos.

Me da miedo saber que te me has muerto hace años siendo otra, otra igual a ti que sigue agarrando los cuerpos que se encuentra, las copas que le sirven, la sangre que respira, el humo que la aturde.

Es injusto que venga hoy aquí a hablarte de mis miedos, por mucho que te quiera... Es injusto, por mucho que te que te quiera, concederme varita, hacerme hada, si no sé protegerte, si éste no es el cuento feliz de la ignorancia... un poema de Jaime con Sabina de fondo tal vez, la vida destrozándose a sí misma a un ritmo trepidante... la belleza, el amor, la búsqueda incansable de un pirata perdido en las ciudades, conquistando semáforos en rojo, horarios y costumbres, persiguiendo sin descanso su santa voluntad sin saber lo que quiere, y de nuevo el amor, tesoros nunca vistos, tormentas como puños alzados contra cualquier letargo.

Acaso yo estoy rota de la misma manera, y vienes tú a quererme con de toda la miseria que acumulo, y me llamas azul y me haces mágica, cuando yo sólo puedo hundirme en la impotencia.

Tú borras los kilómetros que nada nos importan, yo le saco estrellas a los días laborales y la luna se nos va contándonos la vida. Y a veces nos reímos sin que nadie lo entienda, buscando ese norte que nunca hemos tenido, y otras veces te digo que las hadas no fuman, ni se rapan el pelo como quien mutila su angustia insostenible, ni se ponen enfermas tantas veces al año, ni buscan los servicios palpando las paredes.

En una servilleta escribo que dimito,

y tú no me la aceptas,
y yo no lo he elegido…


Lola López-Cózar

viernes, 12 de septiembre de 2014

Desganas



Amaneció muy pronto en mis oídos, el ruido de la puerta, los pasos, la cisterna, los coches que se van, los perros que pasean. Amaneció sin ganas el café, la manta desdoblada en el sofá y un libro cerrado sobre el suelo. Amaneció sin ganas el agua de la ducha, la batería del móvil, la lista de la compra y mi chaqueta. Amaneció sin ganas la calle toda entera, las bicis, los semáforos, las cosas sin hacer que ya no esperan.



Lola López-Cózar

jueves, 11 de septiembre de 2014

Umbrales



Umbral del dolor, del amor, de la normalidad. Umbral de la espera y la esperanza. Umbral como horizonte, línea límite, capacidad de ver, de contener, de mantener. Umbral que suma y sigue, que resta y sigue. Umbral que multiplica resistencia, que divide el tiempo en pasos cortos. Umbral como una cuenta que narra sin decir el cuento de la carne que existe, la carne y el vivir sin más sentido. Umbral de atención, por ti, sin mí, los días como son y ser es un umbral.

Fibras, nervios, sinapsis y latidos y el horizonte allí, como un deseo, como una cuerda firme, hilo a hilo trenzada.

Umbral triple mortal, sin dios y sin destino, como una inmensidad de pequeños fragmentos. Umbral como otra cuerda, floja como los vientos, como una loca meciendo imprecisiones.

Umbral de fortaleza, de punto muerto y tercer día. Umbral de confianza, de bicho raro y derecho al deber de dejar hueco, un espacio sin huellas, un ya nada me importa, como una piedra que luego será arena.



Lola López-Cózar


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Belleza de convenio



De frente a esa forma extraña de posar ante la vida, seguro de gustar-se, ciñendo las curvas que son solo vacío, belleza de convenio, postura interesante para tu cuerpo estándar.

De frente al yo quiero ser alguien, oposición a todos, marcando semejanzas en cada pretensión de diferencia, yo quiero ser la foto, la palabra inspirada, la invitada de honor y la muerta enterrada.

De frente a la abundancia que flota en sus carencias, libre de este pecado, ni siquiera te agachas por la piedra. Avalanchas vendrán sin distinguir a nadie, ciegos aludes que igualan las miserias y todo será nada como siempre, el famoso final con la extensión de un punto, el famoso final que nos nivela.



Lola López-Cózar





martes, 9 de septiembre de 2014

Orígenes



Un paso acorde o no, provocando tropiezos, animal huidizo, mirada extraña, descontrol de los códigos básicos, ¿y la locura dónde, di?, y la locura cuándo, abierta y fugitiva, con la pregunta exacta arqueando las cejas. ¿De dónde vengo, di?, no olvides que mi vida no practicó deportes, que la calle era eso, los otros y el peligro, resistir en los márgenes construyendo otro mundo, perderse en los renglones, ilustrar el silencio para tapar el ruido, y esconderse en las horas donde rompe la rabia, donde las luces bajan su tono al amarillo, y los sueños esperan veredictos, sentencia imperdonable, un lugar en el tiempo que explique lo incontable.



Lola López-Cózar

lunes, 8 de septiembre de 2014

Como si no pudieran detenernos




Sin que se acabe el sueño que traza las secuencias y dibuja el ayer para soltarlo, sin retener la sombra que quiere ser disparo y enmudecer los ángulos hostiles de la luz, abrazo el olor que olvidaste a mi lado.

Sin continente el espacio se rasga, empezar se retrasa, me habla de sentidos, del gusto desganado, del tacto sin soporte, de la vista cansada que se deja llevar por un bostezo que quiere ser un grito que no conduce a nada, del oído acoplado al silencio de una mañana lenta que calla lo que alcanza.

Esperar espantando los ritos, cambiando de lugar lo momentáneo, para que la certeza y sus ciclos no golpee en la cara, o más abajo el pecho bombeando asteriscos, o arriba la cabeza, veloz como la luz, disparando a la sombra de un principio muy básico.

Cortar los símbolos del tiempo, atajar la paciencia armada de tijeras, y abrir ya los caminos, como la lluvia fina, los juncos que se doblan, las rejas que nos cercan, las hojas que se caen, las corrientes de aire que impiden los planeos, y resistir sin más, como si no pudieran detenernos.



Lola López-Cózar




domingo, 7 de septiembre de 2014

Semana dedicada a Lola López-Cózar




Haikús a L’Hort de Carreres en Carcaixent






Troncos lechosos

tus piernas emergentes

de enredadera.



Tus brazos ramas

del árbol de tu cuerpo

jardín florido.



Son dos fontanas

que ahogan los suspiros

tus tersos senos.



Es tu mirada

al trasluz de los rayos

la jacaranda.



Diez inquilinos

vierten en tu figura

gotas de miel.



Pedro Vera


sábado, 6 de septiembre de 2014

Sentado en una esquina





Sentado en una esquina

veo caer la tarde

como reflejo pardo

de la luz en la charca.



Aquel espejo roto

no guarda tu figura,

distorsiona la estancia

y me roba el aliento.



Hoy tampoco ha llovido,

las nubes no se asoman

a este infierno de tierra,

solo el azul del cielo.



Sentado en esta esquina

no quiero resignarme

a dejar mis palabras

vagar en soledad.



Quitaré a mis cristales

el moho y la tristeza,

los lustraré de nuevo,

abriré las pupilas.



Tal vez mañana sea

de nuevo primavera,

tal vez la lluvia llegue

a empapar mi camisa.



Entonces correré

para calmar tu llanto,

llenarte de poesía

para matar tu sed.



Pedro Vera


viernes, 5 de septiembre de 2014

El juego de colores




El juego de colores

que había pintado el día

se funde con el rojo

color crepuscular

que da paso a la noche.



La dama blanca asciende

y empuja el negro velo

para dejar desnudas

estrellas y emociones,

las hijas de lo efímero.



Botellas de cerveza

certifican la huella

del paso del poeta,

rata de alcantarilla

sumido en las miserias

del fino celofán

de unas hermosas letras.



Pedro Vera


jueves, 4 de septiembre de 2014

Llueven...




Llueven colores dulces

y el canto que fluye de tu boca

susurra un silbo aterciopelado en mis sienes.

Tarde de domingo.



Pedro Vera

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Podrás darme...





Podrás darme tu saliva

racionada,

gota a gota;

yo me la beberé

de un trago.



Pedro Vera


martes, 2 de septiembre de 2014

La poesía




La poesía, a diferencia de la narrativa, se resuelve en unos cuantos versos.
Y no es porque el narrador sea más afanoso y el poeta vago por naturaleza sino que la poesía es, en cada verso, como un trago de bebida espiritosa de alta graduación que embelesa tanto como un beso, que te aturde y te rinde.


Pedro Vera

lunes, 1 de septiembre de 2014

La luz





La luz,

gris azulada de la amanecida,

tendía su velo sobre el mundo

cuando se echó en la cama,

cerró los ojos

e intentó dormir.



Pasó largo rato sobre el lecho

hasta que la sonrisa,

apenas esbozada,

murió en sus labios.



Pedro Vera