La noche
te vestirá de negro
con su fulgor sagrado;
el sol
querrá dorarte a fuego,
de tu alma enamorado;
la brisa
te cubrirá de besos,
mimosa en su cuidado;
La niebla
te contará el secreto
que guardo ilusionado;
y yo,
rayo de niebla hirviendo,
como la brisa, alado,
sea noche o sol ardiendo,
te haré el amor despacio...
Miguel Fernández de Córdoba
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